En esta foto vemos un banco en un parque cualquiera de Santa Cruz. Aparentemente sería eso, un banco más, sin más historia ni noticia. Uno de tantos que hay en el parque del Colegio San Fernando.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte este banco se ha ido convirtiendo en un espacio especial, un anclaje y una oportunidad para vivir unos momentos que vivo tres o cuatro veces a la semana.
Y nunca pensé que ese conjunto de madera, hierros y tornillos fuera a significar tanto para mí.
En ese banco me siento cada día con Camila durante 10 o 15 minutos antes de entrar al colegio. Ese espacio y ese tiempo constituye «nuestro momento». Desde ahi contemplamos el pasaje, comentamos las osadías de los niños que se cuelgan sin miedo desde algún punto del columpio, planificamos la tarde o el fin de semana o simplemente sonreímos.
Ese mismo banco, me sirve a las 13:30 para esperarla cuando acaba su jornada lectiva.
Y ya no importa qué peligro nos aceche en la vida, o qué cambio pueda ocurrir, o qué conversación tengamos pendiente. Siempre, absolutametne siempre tendremos esos 15 minutos de banco para encontrarnos, hablar y disfrutarnos.
0 comentarios